by Ermengol Punsola | oct. 26, 2015 | Escalada, Sin categorizar
¡Me he roto las poleas!!!!
Esta es una de las frases más temida por los escaladores. Todos saben que es una lesión que es típica de escaladores y lo relacionan con largos periodos de no poder escalar, pero exactamente ¿qué son y para qué sirven estas poleas? y ¿realmente es tan grave su lesión?
La polea (de la que hablan los escaladores) es una estructura anatómica que se halla en la cara anterior de los dedos largos y del pulgar. Cada dedo tiene un total de 5 poleas anulares y 4 poleas cruciformes a lo largo del dedo. Su función principal es la de mantener el tendón flexor (el que dobla el dedo) solidario al hueso del dedo (la falange). Una comparación fácil sería como las anillas por los que pasa el hilo de una caña de pescar.
A veces la mejor manera de entender estos conceptos es partir de la situación contraria… ¿qué pasaría si no hubiera anillas o, en el caso de los dedos, poleas? Pues que tanto el hilo de la caña de pescar como los tendones de la mano se transformarían en arco, es decir, serían capaces de separarse de la caña y del hueso y por lo tanto, toda la parte cóncava de la mano al realizar el movimiento de flexión de los dedos, se vería ocupada por el tendón. Con lo cual ¡perderíamos la capacidad de la mano de contener objetos!!
En cualquier caso, ¿para qué sirven las poleas? Las poleas son unos elementos que permiten que el tendón se mantenga en su camino normal. Hacen que la fuerza que este ejerce en el dedo sea regular, y permiten que el dedo se pueda cerrar completamente. La falta de una de ellas, podrá alterar estas 3 funciones.
¿Qué pasa si me rompo la polea? A nivel mecánico lo que va a suceder es que cuando intentes doblar el dedo, este perderá su capacidad de recorrido y cerrará menos. Al llevar el dedo a la flexión, el tendón se separará del hueso y generará un efecto de cuerda de arco, con lo que el dedo se verá más grueso, sobre todo al hacer fuerza.
¿Significa que voy a perder fuerza? Es posible que haya una pequeña pérdida de fuerza de agarre pero no tiene por qué afectar la fuerza durante la escalada. Hay pacientes con lesiones de poleas que han acabado deformando el dedo debido al mismo proceso de cicatrización pero que han mantenido su rendimiento en escalada. Una buena cicatriz puede generar una rigidez del mismo dedo y a su vez crear un dedo extremadamente fuerte. Pero también hay los pacientes que les ha sucedido a la inversa, a los que no se les ha estabilizado el proceso de cicatrización y es un dedo que genera dolor e impotencia.
¿Si me duele el dedo significa que me he roto la polea? No tiene por qué ser así. Existen otras lesiones que también pueden generar dolor en el dedo, como por ejemplo la sobrecarga muscular (de la cual hablaremos próximamente). Si el dolor está asociado a una lesión de la polea suele tener un inicio súbito, generalmente asociado a un chasquido fuerte, un ruido estrepitoso que se puede oír a distancia, que incluso la persona que asegura al escalador es capaz de escuchar. En el momento en el que se escucha este chasquido, se da una respuesta inflamatoria en la zona que hincha el dedo en cuestión.
¿Si se me ha roto la polea hay que operar? En principio la cirugía sólo está indicada si la rotura implica a más de una polea. En el caso que sea sólo una de ellas no está indicado. Las cirugías más eficaces para los escaladores son las reconstrucciones mediante un trasplante con otro tejido del mismo cuerpo. El cirujano también puede optar por realizar una reparación de la polea rota, es decir, una sutura de esta, pero en el caso de escaladores, estas se consideran poco eficaces ya que al volver a escalar la cicatriz puede ceder fácilmente volviendo a la posición de deformidad del tendón.
¿Puedo tener una lesión de poleas y que no me duela nada? Sí es bastante frecuente y en estos casos sobretodo no hay que hacer nada.
¿Puedo hacer algo para evitar las lesiones de poleas? Lo primero es saber que las poleas ganan fuerza con el tiempo, si progresas muy rápido es posible que no tengan tiempo de “endurecerse”. Un buen calentamiento previo es clave ya que la mano “en frio” no es tan resistente y tiene riesgo de lesión. Y por último, evitar estar un tiempo excesivo en vías de nivel ensayado, sobre todo si es a final del día.
¡NO dejes la vía más difícil para el final, casi todos los escaladores se lesionan las poleas en ese momento!!!!
¡¡¡Cuida tus manos y a escalar!!!
by Ermengol Punsola | set. 22, 2015 | Escalada
Con este nombre se conoce la posición en que el escalador va a sujetarse a las tan preciadas presas pequeñas o regletas. También es conocida como posición de arqueo. Este tipo de presa es imprescindible para conseguir una sujeción eficaz a partir de que el tamaño del borde de pared donde sujetarse ocupa una pequeña parte de la última falange del dedo. Es curioso observar cómo la forma que adopta la mano al realizar este tipo de presa se parece a la forma de los piolets que se usan para escalar el hielo. Probablemente debe existir alguna razón física que hace que el ángulo de abordaje de la mano a la pared tenga que ser éste.
Cuando el escalador adopta esta posición al sujetarse a la pared, la última articulación del dedo queda prácticamente estirada del todo. Los tendones que flexionan esta articulación van a trabajar simplemente para conseguir mantener esta articulación recta por contra es el flexor de la articulación central del dedo (la interfalángica proximal) la que va a flexionar hasta el final del recorrido. De esta manera el dedo va a realizar una fuerza hacia abajo apoyandose directamente en la pared tal cual un piolet haria en el hielo.
No es por casualidad que gracias a la adaptación de los tejidos los escaladores expertos van a acabar desarrollando una rigidez de la articulació distal del dedo. Esta adaptación va a evitar el movimiento excesivo hacia atrás generando así una fantástica estabilidad en esta posición. Provablemente seria una buena manera de reconocer a un escalador experto de un escalador principiante.Algunos escaladores a pesar de estar escalando durante años no consiguen generar una buena rigidez de esta articulación implicando la necesidad de desarrollar otras capacidades. Los escaladores que no consigan mejorar su rigidez a este nivel seria aconsejable mejorar su técnica usando otras presas como la extensión. El hecho de que esta rigidez no aparezca no implica que enga que generar lesiones pero lo puede favorecer.
En referencia a esta posición de la mano al escalar, hay que saber que es en esta posición en la que está descrita la mayoria de las lesiones de las poleas de los dedos. En efecto es en el transcurso de escalar en arqueo que la tensión que se genera en las poleas es mayor sobretodo en las poleas centrales del dedo.
by Ermengol Punsola | ag. 25, 2015 | Escalada
Anterior and posterior view of the anatomy of the hand SOURCE: pickup from 5A1443 and 4A1443
En muchos deportes en los que la función de la mano es imprescindible, las articulaciones de los dedos se lesionan con frecuencia. Uno de los “pseudodiagnósticos ” que tenemos más a menudo es la capsulitis.
El concepto capsulitis es un fondo de saco donde caben muchos diagnósticos diferentes. Para entenderlo mejor deberíamos pensar en lo que es la cápsula y por qué tipo de estructuras está formada. La cápsula es la estructura que recubre, encierra el espacio de una articulación de manera estanca. Este espacio está lleno de la membrana sinovial que es la que forma el líquido sinovial que baña la articulación. En relación íntima con esta cápsula tenemos estructuras ligamentosas que son las que restringen el movimiento articular dentro de los límites fisiológicos. Los elementos óseos que forman parte de la articulación así como la inserción de algunos tendones también tienen una relación íntima con estas estructuras.
Cualquiera de estas estructuras puede verse lesionada por un mecanismo traumático irritando el tejido lesionado en sí como también afectando a los tejidos circundantes. Con sólo uno de los tejidos anteriormente citados lesionado ya puede desencadenarse una respuesta inflamatoria que es la que hará que añadamos la coletilla “-itis” indicando que hay una irritación. Pero lo que debemos tener claro es que el concepto capsulitis es completamente inespecífico ya que no indica cuál de las estructuras anteriores está lesionada.
Ante del concepto capsulitis es muy difícil saber qué actitud terapéutica tomar, ya que no sabemos exactamente qué estructura se debe proteger para conseguir neutralizar el elemento irritante que hace que esa “inflamación” se mantenga en el tiempo. Algunas personas al ver eso citan la tremenda fase de “se ha cronificado” sin sujeto como si fuese cosa divina. La realidad es que son el propietario de la articulación y el profesional de la salud tratante los que no han hecho los deberes.
Delante de la observación de una capsulitis debemos entender que en ese espacio ha habido una lesión estructural y debemos buscarla y tratarla. En general, si este procedimiento se hace correctamente, en unas 3 semanas la sintomatología debería mejorar. En próximos posts os iremos comentando los diferentes tipos de lesiones y cómo abordarlas, no os lo perdáis!
by Ermengol Punsola | juny 30, 2015 | reflexiones
Cuando en ciencias de la salud hablamos de “la puerta de entrada” siempre nos acordamos de la teoría de Melzack. Pero este símil es un símil de mucha utilidad. En este post le vamos a cambiar el significado.
Hay muchas patologías en que el abordaje de rehabilitación está vetado y a menudo en entredicho. El motivo principal por lo que esto sucede no es porque no exista el tratamiento adecuado para ello, sino que en la mayoría de los casos el orden de los factores sí altera el producto.
¿Cuál es la estrategia ideal para conquistar un castillo? ¿El ataque frontal? ¿El asedio, desmotivar al adversario? ¿Crear el caos? Encontraríamos centenares. Pero ¿a qué precio? ¿Con qué desgaste? Y para conseguir que….
Tratar a un paciente es similar a conquistar un castillo; requiere conocer al enemigo (la patología), saber cómo actúa y por qué, conocer sus puntos débiles y sus puntos fuertes. De la misma manera, para conseguir que nuestra estrategia sea un éxito no basta con entender al otro, si no que vale la pena conocerse a uno mismo y saber cuáles son las opciones que nosotros podemos proponer y cuáles son sus posibilidades de éxito.
El fisio que actúa siguiendo una pauta preestablecida por protocolo tiene tantas probabilidades de éxito como el que espera que le salve un milagro. En este caso, probablemente, estaríamos más cerca de una estafa que de un tratamiento.
El fisio que es muy bueno con una determinada técnica puede llegar a ser muy resolutivo, pero cuando esta técnica no es la indicada las opciones de éxito son muy bajas.
El fisio que conoce muchas técnicas probablemente tiene muchas más opciones de conseguir su objetivo, ya que dispone de una caja de herramientas más bien dotada. Por contra, si no elige la herramienta correcta puede generar resistencias con el paciente ya que éste ve al profesional titubear ante el abordaje terapéutico.
Así podríamos continuar hasta el fin de los tiempos… pero puede llegar a ser una pérdida de tiempo si no sabemos contra quien nos enfrentamos, las posibilidades de error son enormes y no por ir bien armados vamos a dar con la solución.
De otra manera, el fisio que antes de abordar el tratamiento es capaz de usar la exploración y la evaluación dispone de muchas más armas para conseguir un buen resultado.
La exploración será el procedimiento a través del cual los conocimientos de anatomía y función se funden para generar una comprensión del proceso biológico y fisiológico en activo. Esta exploración permite traducir todas y cada una de las limitaciones en nombre de estructura y apellido de alteración mecánica.
Le evaluación permite cuantificar las alteraciones detectadas, transforma la exploración en datos reproducibles y por tanto en valores comparables.
La época del “a mí me va bien” ha muerto
señores y señoras, la fisioterapia tiene que cambiar, ha llegado la hora de ganar prestigio y mostrar cómo podemos mejorar la salud de nuestros pacientes de un modo claro. Las técnicas son importantes, pero no son más que técnicas, ahora necesitamos algo más potente y tenemos una tarea ineludible:
Busquemos la puerta de entrada al tratamiento.
Nuestra exploración y la comprensión del problema nos permitirá entender qué le sucede a nuestro paciente (y no sólo el nombre de su patología) y, con ello, tenemos que ser capaces de buscar cómo conseguir modificar la alteración y reestablecer el equilibrio.
by Ermengol Punsola | juny 3, 2015 | Escalada
Es hermoso ver a una persona subiendo una pared con la única ayuda de sus manos. Ver el cuerpo del escalador desplazándose en la roca con soltura y seguridad es lo que para mí se parece más al hecho de levitar.
Este deporte minoritario en clara expansión es una de las actividades dónde ves que el hombre es capaz de llevarle la contraria a la evolución. El escalador tiene una mano locomotriz dónde la función hace el órgano.
Durante este verano nos dedicaremos especialmente a hablar de la mano del escalador. A pesar de que nuestra epoca de trepadores ya no queda cerca, el contacto con centenares de ellos nos han permitido entender esta actividad a través de sus lesiones. Espero que los posts que vamos a dedicar a este tema os puedan ser útiles.
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