by Ermengol Punsola | Aug 22, 2012 | reflexiones
En el proceso del aprendizaje como fisioterapeutas, así como en otros ámbitos de conocimiento de la fisiología y la salud, la necesidad de facilitar la formación nos ha llevado a sectorializar los conocimientos para poder comprender mejor la función del cuerpo humano.
De esta manera, nos presentaron un concepto que es la propiocepción para denominar el conjunto de sensaciones internas para diferenciarlo de las percepciones externas o exteroceptivas (vista, oído, gusto, olfato, tacto, sistema vestibular). Esta separación ha hecho que muchas de las técnicas que se aplican en fisioterapia tengan relación con este concepto ya que el órgano diana capaz de gestionar el movimiento se activa a través de este conjunto de sensaciones profundas.
Esta separación, que nos permite entender mejor la particularidad topográfica de cada uno de los receptores, acaba siendo una dificultad cuando tenemos que hablar de integración funcional, ya que descuidamos uno de los elementos claves para entender el movimiento y la función: la piel.
La piel es uno de los órganos más grandes del cuerpo y de entre sus múltiples funciones está su sensibilidad y percepción. La gran cantidad de receptores que en ella se encuentran son capaces de dar informaciones extremadamente precisas de estímulos como presión, frío, tensión, calor, humedad, material de contacto… Todas estas informaciones integradas en el cerebro nos permite una respuesta pertinente a lo que percibimos del exterior, pero también nos dará la respuesta de lo que nuestro sistema interno genera: sujeción, adherencia, manipulación, deslizamiento, estabilidad…
Esta información de feedback de nuestra gestualidad es imprescindible para poder gestionar bien el medio en el que vivimos y dónde nos movemos.
Muchas técnicas ya antiguamente habían tenido como foco esta sensibilidad y la usaban para la rehabilitación, entre las que se encuentra el Kabat o también conocida como facilitación NEUROMUSCULAR propioceptiva. Esta técnica usa directamente el tacto para facilitar y generar movimiento.
Actualmente, de la nada, aparece una ”nueva” técnica llamada “vendaje neuromuscular” o Kinesiotape que con mucho marketing viene a ocupar la actualidad de la fisioterapia. En mi opinión la característica más importante de dicho MATERIAL (ya que llamarle técnica me parece un pelín atrevido) es la calidad de su cola que usa que supera de largo todas las que hasta este momento se habían inventado: resistente al agua, al sudor, al deporte… por todo esto debemos dar un AGRADECIMIENTO al Sr. Inventor de dicha cola, digo vendaje…
A su aplicación se le atribuyen capacidades clínicas como la reabsorción del edema o la capacidad de relajar el músculo o activarlo y descargar tensiones. Aún así, no hay ninguna evidencia clara sobre estas (aunque dudo que haya alguien que SÓLO aplique esta técnica para tratar), pero la única razón clara por la que este vendaje puede ser eficaz es por su capacidad de estimular mecánicamente la piel al igual que hace el Kabat.
Una vez más, han tenido que pasar 50 años para que redescubramos algo que ya sabíamos, suerte que con las “nuevas técnicas” reaprendemos y redescubrimos con asombro cosas espectaculares como ” la sopa de ajo”. Una vez más, pues, DEBEMOS AGRADECER al Sr Kenzo Kase de abrirnos nuevamente los ojos.
Mi enorme decepción es cuando a este vendaje con buen pegamento, se le registra no como vendaje, que lo entiendo, si no como método de vendaje; esto tenía que pasar en fisioterapia… ¡cómo no! Efectivamente, se van desarrollando los cursos con el marketing pertinente y se abre un campo de uso exclusivo del vendaje. Aquí el porqué de mi DECEPCIÓN.
En este punto se empiezan a desarrollar las mil aplicaciones de este vendaje que tienen que ser siempre enseñadas por sus “profesores autorizados” que atribuyen a este vendaje unos efectos no demostrados científicamente. Llegando a proponerse para patologías sobre las que no sólo NO PUEDEN TENER NINGÚN EFECTO sino que encima PUEDEN GENERAR LESIONES MAYORES. Por esta razón como profesional de la salud este modo de actuar me genera una GRAN INDIGNACIÓN.
Como conclusión:
1.- El vendaje neuromuscular genera unos estímulos somatosensoriales que pueden ser beneficiosos para la rehabilitación del sistema neuro-musculo-esquelético
2.- La aplicación de esta técnica no es un tratamiento si no un complemento al tratamiento ya realizado
3.- La aplicación clínica debe hacerse sobre patologías que sabemos que podemos dar un valor añadido al TRATAMIENTO YA EXISTENTE y no se debe aplicar en las que hay riesgos mayores
4.- Contrasten la información obtenida en los cursos “oficiales” con la aplicación realizada por profesionales de rehabilitación del sistema Neuro-músculo-esquelético, a la práctica probablemente les pueda ser de mayor ayuda y más rigurosidad.
by Ermengol Punsola | Aug 4, 2012 | reflexiones
Frecuentemente tengo la sensación que los compañeros de profesión se sienten lejos de la especialidad en terapia de mano. Quizás el hecho de que sea la mano, esa parte tan pequeña, tan compleja y que ven tan poco en la consulta hace que cojan distancia.
Para todos ellos os dedico esta Entrada.
Cuando te especializas en un campo, inicialmente tienes la sensación de que has encontrado tu lugar en el mundo y te encierras a aprender lo que esa especialidad requiere; cuanto más tiempo va pasando te das cuenta que esa especialidad te está creando necesidades nuevas, ya que tienes pacientes que son como una piedra en el zapato, que no consigues tirar adelante sin darte cuenta que aún están ahí, que no les has dado el alta.
En algún momento tienes tendencia a pensar que estos pacientes están de la olla y que necesitan a otro profesional, pero de repente te viene un alumno de la universidad y te empieza a preguntar por qué esto y por qué lo otro… y pone en evidencia de nuevo los agujeros negros que tienes dentro de tu vida profesional y tu caja de herramientas.
La necesidad de responder correctamente a tu alumno implica el buscar las respuestas y, cuando estás en ello, descubres que hay otros que están buscando lo mismo que tú y otros que son espacios vacíos en la literatura.
En ese momento es cuando empieza la búsqueda de nuevas herramientas para llenar vacíos, para responder preguntas y la emoción de buscar lo desconocido te excita y te impulsa a buscar más.
De repente, vas encontrando herramientas desconocidas que encajan a la perfección con lo que te falta y eso es un regocijo.
La terapia de mano ha sido durante muchos años un campo desierto para la fisioterapia, mientras hemos estado apretando y forzando a nuestros pacientes para ganar movimiento, nos hemos ganado la etiqueta de enemigos de la mano y hemos echado a perder una gran oportunidad de trabajo. El tema ha llegado a ser tan grave que uno de los padres de la cirugía de la mano llegó a describir el terapeuta de mano ideal como un “amputado bilateral de extremidad superior”, ni más ni menos, para que no tocáramos al paciente.
Por eso, nos encontramos que en la mayoría de herramientas de “fisioterapia” la mano no existe; Sahrman ha tardado 10 años más en hablar de mano; los de Kinetic control no tienen manos; las técnicas de terapia manual clásicas tratan la mano en global cuando son tan específicos en columna, lo más divertido: nos hablan del “nuevo paradigma funcional” cuando en mano no hay otra cosa: o eres funcional o estás muerto…. y así estamos.
Los que quieren las cosas fáciles se pueden conformar con esto, pero la realidad del terapeuta de mano es que trabajan con una herramienta no especializada, capaz de realizar un sin fin de acciones distintas y hacerlo bien. El terapeuta de mano tiene que ser audaz, competente en muchas técnicas distintas y ser creativo para aplicarlo en una zona “nueva” donde nadie ha entrado antes. Tiene que ser preciso porque la mano es pequeña, tiene que ser afinado porque a la mano le gusta la armonía, tiene que ser paciente porque la biología juega en nuestro equipo, tiene que ser biopsicosocial porque la mano es de “María que toca el piano, madre de familia y trabaja en un despacho”. Para ella las manos son las mismas.
En fin, que trabajar la mano es un reto, es una puerta abierta a innovar, a descubrir, a crecer y una excusa para seguir aprendiendo y preparando el cerebro para ser rápido y adaptarse a todo tipo de circunstancias. Al final, aprendes con la práctica pero aprendes calidad y actualmente la gente nos pide esto: calidad de tratamiento y de atención personal.
Bajo mi experiencia, la mano está siendo un buen camino para ser mejor fisioterapeuta de mano, de codo, de hombro de pie, de lumbar,…. Porque la mano empieza en el hallux. Bienvenidos los que queráis descubrirla!
by Ermengol Punsola | Aug 2, 2012 | anatomia funcional
La anatomía no es una ciencia exacta sino que es el arte de la naturaleza de poder hacer lo mismo de maneras diferentes. Para entender cómo funciona una herramienta capaz de tocar el piano, sujetar un martillo, hacer malabares y lavarse los dientes, hay que dejarse sorprender por la inmensidad de la naturaleza y de la anatomía funcional.
Aunque los conocimientos anatómicos son un pilar dentro de las profesiones de fisioterapia y terapia ocupacional, la formación en las facultades a menudo se centra en la anatomía descriptiva y esporádicamente en visitas en sala de disección para ver piezas anatómicas. La necesidad de ver y entender más la anatomía como un concepto dinámico pues queda subeditado por la necesidad de memorizar gran cantidad de nombres indescifrables y difíciles de retener.
Viendo esta necesidad, desde la Asociación Española de Terapeutas de Mano nos planteamos de ofrecer la posibilidad a los profesionales de los centros de recuperación de poder acceder a un curso de anatomía funcional donde se pudiera ver la disección en directo ver la anatomía en movimiento tocar los elementos anatómicos y entender la mecánica normal. Igualmente nos pareció muy interesante poder reproducir lesiones en las diferentes estructuras para poder ver en directo cómo estas lesiones se comportaban.
Hace dos años programamos este curso dirigido a fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales poder presenciar la disección en directo de cadáver en fresco y poder ver en directo las relaciones mecánicas de las estructuras entre sí al trabajar de manera dinámica. En ese momento el curso no llegó a realizarse debido a falta de inscritos (y probablemente a una nefasta difusión). A pesar de todo decidimos guardar el programa para intentar retomar la idea más adelante.
Este año nos proponemos volver a poner en marcha la idea ya que creemos que es un punto fundamental en nuestra formación. Por esta razón mientras empezamos a mover la organización del curso queremos empezar a hacer difusión de este proyecto. Todos los que estéis interesados ??en aprender anatomía funcional de la mano y os pudiera interesar este curso, por favor poneros en contacto con nosotros: vicens@fisioterapia-punsola.com
programa publicado en:
Click to access PROGRAMA-JORNADA-ANATOMIA.pdf
by Ermengol Punsola | Aug 2, 2012 | anatomia funcional
Siempre nos han dicho que la anatomía de la mano era muy complicada y por eso mucha gente desiste de echarle un vistazo a fondo. Pero la realidad es que no tan solo es difícil la anatomía de la mano sino que la nomenclatura que usamos tiene tendencia a confundirnos más.
La mayoría de términos anatómicos musculares tienen tendencia a estar relacionados con los movimientos que ciertos segmentos realizan en cadena cinética abierta, o bien relacionados con los planos ortogonales o anatómicos. Ambos conceptos cuando se trasladan a la función acaban generando grandes confusiones.
Un fantástico ejemplo de esto lo encontramos en la función de la musculatura del pulgar:
En primer lugar, debemos tener en cuenta que este dedo se encuentra en un plano distinto de los otros dedos a 30º de abertura, 40 de antepulsión y prácticamente a 80 de rotación. Esto significa que cualquier nombre a usar debería ser en referencia a estos planos.
La primera gran mentira: “el músculo Aductor” ADD
Dicho músculo con este nombre implicaría directamente que es el responsable del cierre de la primera comisura, la realidad es que este cierre puede ser realizado por el extensor largo del pulgar, por el primer interóseo dorsal y por dicho aductor, por tanto los tres músculos citados podrían reclamar dicha denominación, pero lo más curioso es que este músculo respecto al pulgar es un 70% flexor y un 30% aductor por tanto el nombre no refleja en absoluto su función.
Imagen del libro de anatomía quirúrgica del Dr LLusà, el nº 3 el add
La segunda gran mentira: “el músculo Flexor Corto del Pulgar” FCP
El vecino del aductor aparentemente no guarda ninguna confusión respecto a su función ya que claramente se instala en la cara anterior de dicho dedo y lo flexiona. pero de repente si nos situamos en la realidad de la función es que dicho musculo es juntamente con el aductor uno de los motores principales de la pinza del pulgar, por tanto un trabajo en cadena cinética cerrada. En esta posición al encontrar la segunda falange un tope anterior estos dos músculos se pueden transformar en unos fantásticos extensores de la metacarpofalángica del pulgar, y de hecho a su retracción se debe la fantástica hiperextensión de la metacarpofalángica.
La tercera gran mentida: “El primer interoseo dorsal”
Este músculo cuya función es demasiado compleja como para que se le ponga un nombre relacionado ha acabado llamándose por la ubicación que ocupa, por ese nombre y la función que siempre se le ha atribuido de abd del índice nunca se ha tenido en cuenta como músculo del pulgar. Pues bien resulta que este músculo es el único músculo decoaptador que tenemos en todo el cuerpo. Su trabajo en cadena cinética cerrada en pinza con el pulgar le confiere la posibilidad de decoaptar y recentrar el primer metacarpiano respecto el trapecio, por tanto estaríamos delante de un músculo que permite que el pulgar trabaje en suspensión.
Imagen del libro de anatomía quirúrgica del Dr LLusà, fantástica vista del primer interoseo dorsal
La cuarta mentida : “El abductor largo del pulgar”
En primer lugar refrescar la memoria de los más jóvenes como yo, antiguamente a dicho músculo se le llamaba el extensor del primer metacarpiano, porque efectivamente es el único músculo que tiene la capacidad para realizar dicho movimiento en el plano del pulgar. El problema fue que esto al hablar del plano de la mano era confuso ya que era un extensor que llevaba el pulgar prácticamente hacia delante respecto al plano sagital, así que le cambiaron el nombre para facilitar la vida a los estudiantes de primer curso de cualquier universidad. Esto no seria tan grave si no fuera que tanto en la nomenclatura actual como en la antigua dicho músculo no se aprende como motor de la muñeca y de todos los muñeca es el más radial i es que aparte tiene variantes anatómicas que le confieren bastante a menudo un papel claramente inclinador radial de la muñeca, algunas veces con inserciones en el trapecio, algunas como continuación del abductor corto como músculo digástrico… de ahí que muy frecuentemente nos encontremos patologías que afectan a dicho músculo dónde se acaba tratando al pulgar sin tener en cuenta la importancia que tiene este músculo en el margen radial del carpo. Si los nombres fueran más funcionalistas lo podríamos llamar músculo antigravitatorio de la muñeca ya que es el quien evita la caída de la mano hacia ulnar.
Imagen del libro de anatomía quirúrgica del Dr LLusà, a la izquierda de la imagen el APL
En resumen, cuando aprendes necesitamos ponerle nombre a las cosas y esto implica directamente que perdamos el sentido de la comprensión. Una vez aprendido hay que desaprender para poder tratar mejor a nuestros pacientes. Ellos si saben lo que les pasa!!!
by Ermengol Punsola | Aug 1, 2012 | casos clínicos
Un dia me sucedió lo siguiente: estaba en la consulta esperando una primera visita por un dolor en la mano y a 5 minutos de la hora suena el timbre “ning nong”, voy a abrir la puerta y entra una chica joven.
Terapeuta: Hola buenos días, entre.
Paciente: Hola buenos días, tenía hora con el terapeuta de mano.
T: Sí, soy yo pase y cuénteme lo que le sucede.
Tomamos datos personales, información laboral doméstica, familiar, social deportiva,… la única información trascendente era que trabajaba de auxiliar en una clínica dental, el resto sin trascendencia para la mano.
P: Gracias, mire vengo porque desde hace unos meses tengo dolor en esta mano y cada vez me va a más, me la siento agarrotada y pierdo la fuerza.
T: ¿Recuerda haber hecho algo especial con la mano meses antes?
P: No, nada especial, hace tiempo que hago lo mismo: estudio y trabajo.
T: Bueno, pues túmbese aquí y déjeme ver.
“En la exploración presenta una mano con una postura un tanto peculiar, el índice y mayor están en una posición más extendida de lo normal y la paciente hace movimientos repetitivos para intentar desagarrotar la mano pero no lo consigue”
T: Relaje la mano, por favor.
P: Ya lo intento pero no lo consigo.
“Encontramos un pulgar muy cargado, aductor, primer interóseo dorsal e interóseos de 2a comisura también,… tratamos con descarga muscular”
P: Igual un poco más relajado, pero aún me duele…
“Mobilizamos todas las articulaciones, hacemos punción seca”….
A la siguiente sesión esperamos que la paciente nos cuente lo bien que le ha ido pero no es así.
T: ¿Como estás?
P: Mejoré un poco pero se me cargó otra vez.
Segunda sesión, tercera sesión igual, cuarta sesión:
T: A ver, empecemos de nuevo, explícame tu día a día:
P: Me levanto a las 6, desayuno, me ducho… y me voy a trabajar.
T: ¿Cómo vas? (imagino coche con marchas y sin dirección asistida…)
P: En metro.
T: ¿Y cuánto tardas? ( imagino libro de novelas de 1kg de peso)
P: 45 minutos (ya lo tengo seguro que es eso)
T: ¿Y qué haces en el trayecto, lees? (ahora dirá que sí)
P: No, escribo mails (bajón del fisio)
T: ¿En el metro?
P: Sí, así aprovecho el trayecto.
T: Ya lo tengo, ¿tienes una Blackberry?
P: Sí, ¿cómo lo sabes?
T: Me lo imaginaba…
P: ¿Por qué?
T: Por nada, a partir de ahora mejor que los mails los escribas en un ordenador.
“Una semana y alta”
FIN DE LA HISTORIA
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