Siempre nos han dicho que la anatomía de la mano era muy complicada y por eso mucha gente desiste de echarle un vistazo a fondo. Pero la realidad es que no tan solo es difícil la anatomía de la mano sino que la nomenclatura que usamos tiene tendencia a confundirnos más.
La mayoría de términos anatómicos musculares tienen tendencia a estar relacionados con los movimientos que ciertos segmentos realizan en cadena cinética abierta, o bien relacionados con los planos ortogonales o anatómicos. Ambos conceptos cuando se trasladan a la función acaban generando grandes confusiones.
Un fantástico ejemplo de esto lo encontramos en la función de la musculatura del pulgar:
En primer lugar, debemos tener en cuenta que este dedo se encuentra en un plano distinto de los otros dedos a 30º de abertura, 40 de antepulsión y prácticamente a 80 de rotación. Esto significa que cualquier nombre a usar debería ser en referencia a estos planos.
La primera gran mentira: «el músculo Aductor» ADD
Dicho músculo con este nombre implicaría directamente que es el responsable del cierre de la primera comisura, la realidad es que este cierre puede ser realizado por el extensor largo del pulgar, por el primer interóseo dorsal y por dicho aductor, por tanto los tres músculos citados podrían reclamar dicha denominación, pero lo más curioso es que este músculo respecto al pulgar es un 70% flexor y un 30% aductor por tanto el nombre no refleja en absoluto su función.
Imagen del libro de anatomía quirúrgica del Dr LLusà, el nº 3 el add
La segunda gran mentira: «el músculo Flexor Corto del Pulgar» FCP
El vecino del aductor aparentemente no guarda ninguna confusión respecto a su función ya que claramente se instala en la cara anterior de dicho dedo y lo flexiona. pero de repente si nos situamos en la realidad de la función es que dicho musculo es juntamente con el aductor uno de los motores principales de la pinza del pulgar, por tanto un trabajo en cadena cinética cerrada. En esta posición al encontrar la segunda falange un tope anterior estos dos músculos se pueden transformar en unos fantásticos extensores de la metacarpofalángica del pulgar, y de hecho a su retracción se debe la fantástica hiperextensión de la metacarpofalángica.
La tercera gran mentida: «El primer interoseo dorsal»
Este músculo cuya función es demasiado compleja como para que se le ponga un nombre relacionado ha acabado llamándose por la ubicación que ocupa, por ese nombre y la función que siempre se le ha atribuido de abd del índice nunca se ha tenido en cuenta como músculo del pulgar. Pues bien resulta que este músculo es el único músculo decoaptador que tenemos en todo el cuerpo. Su trabajo en cadena cinética cerrada en pinza con el pulgar le confiere la posibilidad de decoaptar y recentrar el primer metacarpiano respecto el trapecio, por tanto estaríamos delante de un músculo que permite que el pulgar trabaje en suspensión.
Imagen del libro de anatomía quirúrgica del Dr LLusà, fantástica vista del primer interoseo dorsal
La cuarta mentida : «El abductor largo del pulgar»
En primer lugar refrescar la memoria de los más jóvenes como yo, antiguamente a dicho músculo se le llamaba el extensor del primer metacarpiano, porque efectivamente es el único músculo que tiene la capacidad para realizar dicho movimiento en el plano del pulgar. El problema fue que esto al hablar del plano de la mano era confuso ya que era un extensor que llevaba el pulgar prácticamente hacia delante respecto al plano sagital, así que le cambiaron el nombre para facilitar la vida a los estudiantes de primer curso de cualquier universidad. Esto no seria tan grave si no fuera que tanto en la nomenclatura actual como en la antigua dicho músculo no se aprende como motor de la muñeca y de todos los muñeca es el más radial i es que aparte tiene variantes anatómicas que le confieren bastante a menudo un papel claramente inclinador radial de la muñeca, algunas veces con inserciones en el trapecio, algunas como continuación del abductor corto como músculo digástrico… de ahí que muy frecuentemente nos encontremos patologías que afectan a dicho músculo dónde se acaba tratando al pulgar sin tener en cuenta la importancia que tiene este músculo en el margen radial del carpo. Si los nombres fueran más funcionalistas lo podríamos llamar músculo antigravitatorio de la muñeca ya que es el quien evita la caída de la mano hacia ulnar.
Imagen del libro de anatomía quirúrgica del Dr LLusà, a la izquierda de la imagen el APL
En resumen, cuando aprendes necesitamos ponerle nombre a las cosas y esto implica directamente que perdamos el sentido de la comprensión. Una vez aprendido hay que desaprender para poder tratar mejor a nuestros pacientes. Ellos si saben lo que les pasa!!!
Excelente artículo y muy ilustrativo. Gracias.