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En estos casos, las ideas de: “si no pica, no cura”, “vengo a sufrir”, “no hay dolor”, “tiene que doler para mejorar”… No funcionan con el Dolor Neuropático. A este tipo de dolor uno lo puede alimentar solo con mirarlo y pensar en él.

Por ejemplo: estar todo el día en casa, preocupado por el dolor, forzando la movilidad perdida (si ha habido pérdida), descansar poco y estresarse cada día por la falta de comprensión de lo que sucede, es la comida perfecta para hacerlo crecer.

Es por esto que nos dedicamos a la reeducación de la sensibilidad y damos herramientas para mejorar el comportamiento en cuanto a este dolor. No es fácil, pero tampoco es imposible.

Es muy facil caer en el tratamiento de la movilidad antes de ir a por la sensibilidad. Hasta el propio paciente lo ve claro, hasta que se le pregunta por su sensibilidad: