Cuando en ciencias de la salud hablamos de «la puerta de entrada» siempre nos acordamos de la teoría de Melzack. Pero este símil es un símil de mucha utilidad. En este post le vamos a cambiar el significado.
Hay muchas patologías en que el abordaje de rehabilitación está vetado y a menudo en entredicho. El motivo principal por lo que esto sucede no es porque no exista el tratamiento adecuado para ello, sino que en la mayoría de los casos el orden de los factores sí altera el producto.
¿Cuál es la estrategia ideal para conquistar un castillo? ¿El ataque frontal? ¿El asedio, desmotivar al adversario? ¿Crear el caos? Encontraríamos centenares. Pero ¿a qué precio? ¿Con qué desgaste? Y para conseguir que….
Tratar a un paciente es similar a conquistar un castillo; requiere conocer al enemigo (la patología), saber cómo actúa y por qué, conocer sus puntos débiles y sus puntos fuertes. De la misma manera, para conseguir que nuestra estrategia sea un éxito no basta con entender al otro, si no que vale la pena conocerse a uno mismo y saber cuáles son las opciones que nosotros podemos proponer y cuáles son sus posibilidades de éxito.
El fisio que actúa siguiendo una pauta preestablecida por protocolo tiene tantas probabilidades de éxito como el que espera que le salve un milagro. En este caso, probablemente, estaríamos más cerca de una estafa que de un tratamiento.
El fisio que es muy bueno con una determinada técnica puede llegar a ser muy resolutivo, pero cuando esta técnica no es la indicada las opciones de éxito son muy bajas.
El fisio que conoce muchas técnicas probablemente tiene muchas más opciones de conseguir su objetivo, ya que dispone de una caja de herramientas más bien dotada. Por contra, si no elige la herramienta correcta puede generar resistencias con el paciente ya que éste ve al profesional titubear ante el abordaje terapéutico.
Así podríamos continuar hasta el fin de los tiempos… pero puede llegar a ser una pérdida de tiempo si no sabemos contra quien nos enfrentamos, las posibilidades de error son enormes y no por ir bien armados vamos a dar con la solución.
De otra manera, el fisio que antes de abordar el tratamiento es capaz de usar la exploración y la evaluación dispone de muchas más armas para conseguir un buen resultado.
La exploración será el procedimiento a través del cual los conocimientos de anatomía y función se funden para generar una comprensión del proceso biológico y fisiológico en activo. Esta exploración permite traducir todas y cada una de las limitaciones en nombre de estructura y apellido de alteración mecánica.
Le evaluación permite cuantificar las alteraciones detectadas, transforma la exploración en datos reproducibles y por tanto en valores comparables.
La época del «a mí me va bien» ha muerto
señores y señoras, la fisioterapia tiene que cambiar, ha llegado la hora de ganar prestigio y mostrar cómo podemos mejorar la salud de nuestros pacientes de un modo claro. Las técnicas son importantes, pero no son más que técnicas, ahora necesitamos algo más potente y tenemos una tarea ineludible:
Busquemos la puerta de entrada al tratamiento.
Nuestra exploración y la comprensión del problema nos permitirá entender qué le sucede a nuestro paciente (y no sólo el nombre de su patología) y, con ello, tenemos que ser capaces de buscar cómo conseguir modificar la alteración y reestablecer el equilibrio.
Recent Comments